No somos más de lo que somos: análisis de la temporada 2009

Maldita irregularidad. Quizás con esa sensación se quedó el plantel de Colchagua 2009. Quizás la misma que tengo al momento de escribir estas líneas. Durante ya tres años, nos habíamos acostumbrado a tener al elenco representativo de la provincia de Colchagua disputando los primeros lugares. En aquellas temporadas el presupuesto no era mucho, pero las contrataciones respondieron a cabalidad. Lamentablemente este año no fue como lo esperábamos (hinchas y medios de comunicación).

Los partidos previos al ya mítico duelo ante Deportes Temuco (al inicio de la temporada), mostraban a un equipo que podía dar la pelea pero que de mitad para atrás dejaba mucho que desear. Lamentablemente el joven crédito que llegaba a crear al medio campo, Joan Muñoz, se lesionaba ante Santa Cruz y se perdía el inicio del torneo. Lamentablemente sólo en un partido se mostró en plenitud, frente a Fernández Vial en Concepción.

El elenco seguía sin tomar un ritmo adecuado y el retraso en comenzar los trabajos y la nula pretemporada, influyeron de sobre manera en el rendimiento futuro. Así se llegaba al duelo ante los araucanos. Leo Espinoza anotaba para la herradura y Temuco lo empataba casi al instante. Hasta que pasó lo que todos malamente recordamos: el castañazo. 24 minutos jugados, un empate y luego un castigo que penó al final de la fase regular.

Luego vinieron duelos donde Colchagua estuvo a un paso de ganar y debió esperar mucho para celebrar. Ante Unión Temuco en Padre Las Casas estuvo a un minuto del triunfo (le empataron sobre la hora). Ante Iberia en Rancagua no fue capaz de vencer a un cuadro angelino notablemente inferior a otros años. Luego ante San Antonio en el puerto, otra vez un empate. A la semana siguiente, una derrota en casa ante el Almirante Arturo Fernández Vial. Hasta obtener su primer triunfo ante Deportes Linares en San Fernando por 3-1, el 23 de mayo. El último partido de la serie fue un empate ante el hasta ese instante puntero, Deportes Valdivia en el Calle-Calle: 1-1.

Fueron semanas complejas. El plantel y el cuerpo técnico estaban trabajando tranquilos pero no a pleno. Los triunfos no llegaban y la preocupación cundía. Además, a esa altura ya se conocían casos de indisciplina, pero el cuerpo técnico guardaba silencio. Casos que luego derivarían en salida de jugadores, reintegro al plantel y un sin número de situaciones extras.

Este capitulo, la primera rueda, se podría catalogar como pobre. Fue al final, la que pesó.


Las jornadas de revanchas fueron más productivas, pero no alcanzó.

En el Bicentenario Germán Becker, Colchagua caía ante Temuco. En Los Ángeles rescataba un punto y, en San Fernando ante Unión Temuco, nuestra dura realidad quedó a la luz. El partido se jugó un par de días posteriores a la fecha oficial. 0-5 fue el resultado. Y, si la memoria no me falla, el marcador pudo ser mucho más expresivo. Juan Catalán, el portero, fue la gran figura de ese duelo.

Luego, llegarían semanas de esperanza y alegrías. Triunfos consecutivos ante San Antonio (1-0) y Fernández Vial (1-2 en Collao) daban para pensar en que se podría clasificar a la definición por el título. Pero la derrota ante Deportes Linares (0-1) en la ex Villa de San Ambrosio, comenzó a sepultar las esperanzas. El triunfo ante Valdivia en la última jornada no alcanzó.

Por un punto o por goles a favor, Colchagua no clasificó. Terminó quinto en igualdad de puntos con San Antonio, pero al fin y al cabo, eliminado.

A esas alturas del torneo, ya se rumoreaba de la salida de Gerardo Silva a O'Higgins al igual que el 2005. Esta vez, se repitió la historia y tras una goleada ante el SAU en Copa Chile por 6-2, el renguino se fue. El 3 de agosto se iba Silva y dos días después, llegó el salvador de la temporada, el “Candonga”, Juan Enrique Carreño.

El ex delantero de “la Roja”, llegaba por su revancha a Colchagua. El 2005 luego de la salida de Silva, el elenco no caminó pero no por culpa del deté, sino que por culpa de los dirigentes que mandaban el club en esa temporada.

Esta vez, la situación esta diametralmente distinta. El apoyo de Néstor Ruiseñor a Carreño, se sintió en el seno del cuerpo técnico y éste le respondió. Juan Carreño manifestó que de los errores que cometió aprendió y para enmendar el rumbo de un plantel que agonizaba, tomó la más drástica de las determinaciones: cortar cabezas. Los perjudicados fueron: Andrés Valdés, Eduardo Zepeda y Patricio Correa. Todos por indisciplina y bajo nivel deportivo. Además, los dos primeros eran reincidentes.

Esto sirvió para “ventilar el aire” al interior del camarín colchagüino. Además, dio el paso a jugadores de casa que cumplieron a cabalidad.

La liguilla del descenso, partió con problemas. Pero luego, el equipo se destapó. Un empate ante Vial en San Fernando y victorias consecutivas ante Linares, Valdivia (2) y los aurinegros. 13 puntos que le permitieron llegar relajado a la última jornada ante Linares.

Pero, esta liguilla mostró a otro equipo. Mucho más conciente de lo que se debía hacer en la cancha y muy superior a sus rivales. Jugadores como Nelson Donoso, Ricardo Bonhomme, Abraham Pino, Cristian Ávila, Juan Carlos Sanhueza, Jaime Rivera, Abraham Pino y Julio Torreblanca, mostraron su mejor cara. Era así como los conocíamos. A ellos, se suman chicos como Jonathan Martínez, Cesar Cornejo, Félix García y Oliver Trejos, que alternaron y sobresalieron.

En fin, el equipo fue de menos a más este año 2009. No le alcanzó para disputar el ascenso pero cuando debía defender la categoría jugó como en sus mejores épocas. Un año irregular sin duda, una temporada que deja dudas pero también satisfacción, de que en la casa hay gente con calidad y que Juan Carreño tiene aquello que Gerardo Silva nunca tuvo ni tendrá, la experiencia en el campo de juego, para saber que piensan realmente los jugadores y así, dar a conocer de mejor manera sus ideas futbolísticas.

Ahora, sólo queda esperar que pasara con la directiva. Néstor Ruiseñor ya dijo que no va más. Esto deja una gran interrogante... y después de él: ¿Quién?

Ricardo Obando Sanhueza, Periodista.